Dukku Los perros son animales muy sensibles al calor y, por tanto, en verano, pueden tener problemas de salud debido a las altas temperaturas y a la humedad. Aunque es un problema común a casi todas las razas, lógicamente, quiénes más lo padecen son las acostumbradas al frío y que poseen mucho pelaje.

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Wiesloch Así sucede con el San Bernardo, el Husky, el Pastor Alemán y otras razas similares. Pero, en general, casi todos los perros deben ser protegidos de los rigores del verano. Por ello, es conveniente cortarles el pelo aunque debe tenerse cuidado ya que éste los protege del Sol.

 

Esto sucede, por ejemplo, con el Pastor Inglés debido a que su piel tiene menor pigmentación y ello lo hace más sensible a aquél. Igualmente, el Golden Retriver o el Dálmata tienen el pelo claro y ello también los expone más a los rayos solares. Por tanto, con estas razas debe tenerse cuidado a la hora de pelarlos en verano.

En cualquier caso, hay una serie de precauciones que podemos adoptar para proteger a nuestro perro del calor. Por ejemplo, conviene prepararles un espacio fresco dentro de casa para que pasen allí las horas centrales del día, cuando el calor aprieta más. También conviene bañarlos a menudo aunque sólo sea con agua para refrescarlos.

En lo que respecta a la comida y la bebida, es bueno que beban con frecuencia y, como el calor les quita el apetito, es mejor que coman por la mañana temprano y a última hora de la tarde, cuando ya éste se apaga un poco. Además, conviene darles porciones pequeñas e, igualmente, mejor que coman alimentos ligeros por lo cual debemos retirar de su dieta durante el verano los que sean más pesados.

De idéntico modo, las mejores horas para sacarlos a pasear son, o bien por la mañana temprano, o bien a última hora del día. En esos momentos, las temperaturas suelen brindar un respiro y el animal no se acalorará tanto si corre y hace ejercicio.

Y, por supuesto, si vamos a hacer un recado en el coche con nuestro perro, por breve que sea nuestra gestión, nunca debemos dejarlo en el vehículo expuesto al calor, ya que aquélla puede prolongarse y el animal quedar deshidratado.

A pesar de todos estos cuidados, el perro a veces puede coger una insolación. Si lo vemos decaído y sin apetito puede ser víctima de ella. En ese caso, lo mejor es consultar a un veterinario que nos indicará cómo aliviarlo.

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