Las nuevas tendencias en adiestramiento canino buscan afianzar el vínculo entre el perro y su dueño, procurando mejorar la conducta pero sin apelar a jerarquías y dominancia.

De una antigua enemistad puede nacer un gran amor. Hubo un día en que el lobo se acercó al ser humano y ambos comenzaron a comprender que una alianza les daría mutuos beneficios. La investigación más reciente, a partir del análisis del ADN de 2.500 perros y lobos modernos, más unos 60 huesos caninos de hace miles de años hallados en sitios arqueológicos, llevó a la conclusión de que el proceso de domesticación que convirtió a algunos lobos en perros se registró en forma simultánea en Asia y Europa hace más de 12.000 años.

 

Un montón de siglos después, humanos y caninos mantienen su amistad, comparten hogar y comida, aunque la convivencia no siempre es perfecta: el animal debe ser educado y el dueño debe también aprender lo que significa alojar en su casa a estos inquilinos de cuatro patas.

Lo que cambió hace muy poco fue el criterio para llevar adelante ese proceso formativo. "Hasta el año 2010, todo lo que se hacía para adiestrar perros estaba basado en jerarquías y dominancias. Eso se dejó de lado, porque se terminó de comprender que el perro es un ser con sus emociones, que pueden ser parecidas a las del humano. Y por lo tanto hay que trabajar para que el animal haga las cosas porque quiere y no porque le dan comida o le tiran de la correa para obligarlo", explica el adiestrador Marcos Rostkier, directivo del Kennel Club Uruguayo.

La nueva tendencia (y las necesidades de una población canina cada vez más obligada a vivir en zonas altamente urbanizadas) llevó a la aparición de escuelas caninas y adiestradores profesionales. También fomenta un deporte como el agility, que además representa una escuela para el can y su dueño (ver recuadro).

"Aproximadamente el 50% de quienes practican agility lo hacen por hobby o para solucionar problemas de conducta de los perros, como la ansiedad, o para lograr mayor control sobre el animal", afirma el adiestrador Álvaro Martínez. "Si hacés la vuelta completa, tenés el control absoluto sobre el perro", asegura.

"Más que lo que aprende el perro, es el vínculo que se forma entre el perro y su dueño. Ambos aprenden a relacionarse con el otro, es mutuo". Con el agility no se trabajan específicamente problemas de conducta, pero esta competencia "ayuda a superarlos", indica. Y muchos se suman después a los certámenes.

¿Y los resultados? "Depende del perro y de su dueño, pero hay algunos que arrancaron hace dos meses y ya están compitiendo", asegura.

Gamboru Concursos.
El Kennel Club, fundado en Uruguay en 1938 y presente en más de un centenar de países, se dedica a la crianza y el mejoramiento de las razas caninas de pedigree. Pero cada vez gana más espacio la conciencia de que los perros, además de su belleza exterior, deben ser equilibrados y capaces de convivir con la gente.

Por eso, el club está trabajando en el llamado DH, "el test del perro buen ciudadano" según se lo conoce, en el cual el animal debe cumplir algunas conductas básicas.

"Por ahora, esta prueba será paralela a los concursos de belleza, pero estamos trabajando para que en el futuro sea un requisito de estos certámenes. Llegará el momento en que un campeón uruguayo de raza, además de su formato, estructura física y movimientos, deberá ser equilibrado y haber superado este test", indica Rostkier.

Queanbeyan Calidad de vida.
Analía Soler, que formó la empresa de adiestramiento Just Dog It tras estudiar en Chile y on line con España, está a punto de recibirse de veterinaria. "De mis estudios, me di cuenta de que los problemas de comportamiento llevan a los perros a una peor calidad de vida que los problemas de salud. Hasta hace unos diez años la gente era reticente a tratar estas situaciones", asegura.

El trabajo que ella realiza en grupo o en forma individual tiene una doble vertiente: el adiestramiento en sí, o sea poder dar órdenes para que el perro las obedezca, así como solucionar problemas de comportamiento (miedo, ansiedad, agresividad).

"Se busca que el perro realice sus tareas no por motivos egoístas, como recibir una recompensa, sino por el vínculo que tienen con su dueño, porque se divierte con él. Tratamos que la persona y su animal tengan un muy buen vínculo. Enseñamos un código de comunicación entre ambos", agrega.

"Eso se logra con algunos juegos, por ejemplo con mordedores, aunque el animal tiene que lograr el autocontrol: debe dejar o entregar el juguete si así se le indica. Eso luego se aplica a la vida cotidiana", dice la experta.

El sentido del olfato es fundamental para los trabajos, explica. "Si a un perro no le permitimos usar su olfato, es como si a una persona la encerráramos en un cuarto con las paredes totalmente blancas. No tiene ningún estímulo", señala.

Soler considera que se puede adiestrar a todo tipo de canes, aunque con los cachorros menores a seis meses se debe tener menor nivel de exigencia, porque no tienen todavía la madurez de un adulto.

http://liseuse-numerique.fr/mejs.albanian Crianza
Luis Nilsson, de Junto Adiestramiento, estudió conducta animal y etología en la Universidad de Toronto. Junto a su esposa, Alejandra Romero, trabajan en socialización y problemas de conducta de perros, así como en prepararlos para exámenes de trabajo

"Son pruebas para ser aprobados como animales de crianza —explica—. Se trabaja sobre todo con razas del grupo 2, perros de trabajo. Son exámenes de rastreo, obediencia y protección, ante un jurado que da puntajes. Se ve allí la estabilidad emocional del animal. Se llama modalidad IPO y es una manera de certificar perros estables para que puedan reproducirse y tener una descendencia que estará en un margen de sociabilidad y estabilidad. No todos los perros pueden ser certificados. Aquí se usa para los criadores, en algunos países europeos ya es un requisito para tener perro".

"Cualquier raza se puede adiestrar, pero la mayoría son ovejeros, rottweilers, dobermans, pitt bulls, perros en los cuales la conducta es esencial. Pero también se puede hacer con perros chicos", indica Nilsson, quien justamente está trabajando ahora con un bulldog francés.

Agility, un deporte con su Ferrari.
El agility surgió en la década de 1990 como un deporte para perros. Es necesario superar diversos obstáculos, como vallas, tubos, rampas, pasarelas, sube y bajas, en una suerte de equitación canina. Está abierto a todo tipo de perros, por edad, tamaño o raza, cachorros o adultos. A diferencia de otras disciplinas, lo practican los dueños con sus perros.

Se realiza con fines de esparcimiento o como competencia. "Tuvimos torneos uruguayos con hasta 20 duplas. Y hay sudamericanos y mundiales. Hace poco estuve en Colombia y ahora iré a España", cuenta Álvaro Martínez, adiestrador de agility, que participará con su border collie. "Es el Ferrari de los perros. El 98% de los ganadores son de esa raza, porque aprenden fácil y por su físico, grande, veloz y con buen pique", dice. Hace 15 años que Martínez está en el tema. "Lo hago como hobby. En América del Sur se cuentan con los dedos de la mano quienes pueden hacer esto de manera profesional", sostiene.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/domingo/empezaron-clases-entrenamiento-perros.html

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